Texto: Arancha Cuéllar | Fotos: Freepik

Los juguetes poco estructurados permiten al niño/a volar su imaginación

Los juguetes de madera están hechos con materiales nobles y bellos y son consistentes y duraderos

Las madres de día tenemos poquitos juguetes en nuestras iniciativas, pero los que tenemos están pensados para que fomenten la imaginación del niño/a. Suelen ser lo menos estructurados posibles, es decir, juguetes inacabados y, por lo general, juguetes de madera por los beneficios que les aportan.

Pensad en el típico coche de bomberos de plástico y a pilas. Que hasta tiene sirena que se ilumina. ¿Qué creéis que aprende un niño/a con eso? Efectivamente. Nada. El juguete está tan terminado, que su imaginación no puede volar, pues todo lo que hace ya es suficientemente real. Pero imaginaos que ofrecemos al niño un simple bloque de madera.

Es posible que con su imaginación, él lo convierta en un camión de bomberos que va por toda la habitación, al tiempo que él imita el sonido de la sirena. Aunque también puede convertirlo en un avión. O quizás en un pájaro. O en un árbol. O en un coche. O lo que el niño quiera, pues al ser un juguete tan poco estructurado su imaginación puede volar de la forma que él desee.

Las madres de día usamos en nuestras iniciativas juguetes de madera. Pocos. Pero generalmente de madera. Como los que tenían nuestros padres y abuelos en su infancia.

Madres de día
Una niña juega con el arcoiris Waldorf. Foto: Freepik

BENEFICIOS DE LOS JUGUETES DE MADERA

El material es cálido, la textura es rugosa y tiene un olor agradable. Es consistente y sólido, y da mucho juego al niño/a a la hora de manipularlo.

Su simpleza y el hecho de no ser un juguete a pilas favorece la creatividad del niño/a, que puede manipular el juguete con total libertad haciendo como si fuese una cosa u otra.

El material es noble, proviene de la naturaleza. Y al no llevar pilas, no daña al medio ambiente.

Fijaos en el arcoiris Waldorf, un bello juguete que normalmente no falta en los nidos de madres de día. Todas las posibilidades de juego que ofrece con todas y cada una de sus piezas semicirculares: les ayuda a clasificar, a ordenar, a distinguir colores, fomenta el juego simbólico y su creatividad…

Un juguete de madera es un juguete eterno que, pasado medio siglo, puede conservarse como el primer día y ser heredado de generación en generación.

¡Qué tesoros guardamos a veces de nuestros padres y abuelos: peonzas de madera, torres de construcción…!

Juguetes de madera
Un niño juega con bloques de madera. Foto: Freepik

UNA COCINITA DE MADERA, UN PEQUEÑO TESORO

Un juguete que nos encanta es la cocinita de madera. Porque da mucho juego independientemente de la edad de los niños/as. Cada cual hace uso de la misma según el ritmo evolutivo que vive. Por ejemplo, el niño/a que ha cumplido los dos añitos empieza a desarrollar un juego simbólico maravilloso, en el que él es un gran cocinero/a que no para de hacer comiditas que luego nos ofrece.

En cambio, el juego del bebé consiste en abrir y cerrar el armario fuertemente o golpear cucharas con cacerolas, haciendo un ruido con el que está descubriendo cómo suenan las cosas cuando él las hace sonar.

Los juguetes de madera, además de favorecer el desarrollo del niño tienen un bello punto estético que hace que incluso aunque no los estés utilizando en ese momento, sirvan para decorar una habitación creando un ambiente cálido y colorido.

En definitiva, es más importante que tengamos pocos juguetes y bien pensados para que se adecúen a las edades de los niños y cumplan la función educativa para las que están pensados, que tener un montón de juguetes de plástico y a pilas. Esto lo único que va a hacer es un desagradable ruido estridente y estresante para los niños destruyendo el clima de calma de la iniciativa.

Y eso es impensable en una casita de madre de día.

 

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